jueves, 9 de agosto de 2018

¡¡Charanguito,cerca al corazón!!


Por: Laramate Tradición


Charango, tienes el llanto de la zampoña serrana,
Latido de quena y lluvia, sollozo de guitarra.
Charango, gemido cholo, todo llovido de quejas
Te llevo junto a mi pecho como un pájaro de pena
Tu vida es mi vida, mezcla de risa y lágrimas.
Huayno serrano, que va creciendo siempre en el alma
Naciste alegre como un domingo de feria,
Como la sonrisa de mi linda cholita.




¿Quién dijo que su charango es arma para matar?

Tiempos de miedo, serenatas a escondidas, bajo la lupa del toque de queda, caminando lentamente acurruco cerquita a su corazón, debajo de su poncho de nogal sin darse cuenta que sobresalía el mango sobre su hombro una voz militar intervenía confundido, desconfiado y siempre alerta a sus movimientos jaló del gatillo sin darle el beneficio de la duda con los nervios fríos fue a verificar el cuerpo tendido, levantó el poncho encontrando el más triste desenlace. Un charango agujereado cerquita a su corazón, agonizando fiel a su dueño. Sucedió en Ayacucho 1987 un hecho real, funesto producto de la época más sangrienta en nuestro país, escenario de crueldad, de injusticia, de impunidad y desconsuelo de aquellas víctimas desgarradas por el dolor, sumergidas en el tiempo del olvido y la indiferencia, sin vida el artista caía en la fría noche, ¿ De cuántos talentos ayacuchanos, se apagó su luz, músicos asesinados a causa de una demencial confusión. En su memoria nuestra musicóloga Chalena Vásquez, conmovida por este hecho, nos regala esta hermosa interpretación titulada “CERQUITA AL CORAZÓN”


El charango, logró acompañar el canto del agua a diferencia de la guitarra, un instrumento solo ejecutado por españoles y mestizos. Por alguna razón no cautivó a los indígenas aquella sociedad que ya poseía tres instrumentos: Los que había que soplar como las flautas de pan o zampoñas, los de golpe como las tinyas y los que lloraban como las quenas o trompetas de caracol. En América no existían instrumentos de cuerda por lo que se puede decir que son de origen europeo, excepto la forma que toma cada charango según la zona.
El indio que no se sintió a gusto con la guitarra traída por los españoles la redujo en tamaño tal vez para sentir más cerca de su corazón así nació EL CHARANGO.
Todo nombre viene de la onomatopeya de los sonidos. Los indios dicen que la guitarra se rasguea y que el charango se charrea.
Bajo el poncho de los arrieros, el charango se extendió por todo el sur andino peruano, siendo la columna geográfica: Bolivia-Argentina-Perú. Un instrumento de cuerdas que no podía escapar de la mirada estupefacta del hombre, dejando de ser un instrumento simple, para convertirse en un objeto de ritual amoroso, para enamorar a la mujer a través de las serenatas y danzas, hace gala de su creatividad y destreza al toque del charango logrando cautivar su corazón, si forma parte de una estudiantina, dotaría de elegancia.



El Charango, instrumento vivo, confluencia de energía. “Un músico es solo un instrumento del propio instrumento”. La maestra Chalena Vásquez nos decía: El ejecutante y el instrumento son dos seres que establecen una relación distinta de objeto a objeto algo así como “Yo y mi charango iremos a la serenata…”, una identidad fuera de uno mismo.  Jaime Guardia, nos narró que su charango estaba hecho de una madera blanda como es el sauce, donde las cuerdas eran de “tripas”, las clavijas de eucalipto y los trastes de maderas, totalmente rústicos el primer charango auténtico de Ayacucho en el pueblo de Paccaicasa – Huamanga, fallecieron todos los pobladores dedicados a su fabricación. Se dice que es difícil encontrar la verdadera forma original del charango fue evolucionando con el tiempo a todo ello existen varios tipos: Ronroco, Huaylacho, Chillador, Pum Pin diferenciándose por la afinación y el número de cuerdas, trastes y caja de resonancia.
En el Perú no existían los clavijeros mecánicos pero se improvisaban con clavijas de madera tallada para ajustar las cuerdas, esta con el tiempo fue quedando en el olvido, aparecieron las cuerdas de nylon. Los Charangos varían de acuerdo al lugar donde se ejecutan: Los Ayacuchanos, cuya forma es una guitarra pequeña, Los Bolivianos tienen El Quilkincho o Armadillo en honor a la forma del torso del instrumento usaban el capazón de este animal la razón fue el frío intenso para evitar que se agriete favorecía el clima seco esta fusión logró el sonido adecuado. Por otro lado el Huaylacho fue un instrumento que se adaptó, incluso con cuerdas de metal como sucede en Espinar –Cuzco, que tiene 4 cuerdas a 6 en algunos casos similares al charango. En Cangallo-Victor Fajardo –Ayacucho el Pum pin y por último está El Ronroco es un instrumento grave derivado del charango para el requinto, vendría a ser como la segunda guitarra del charango en nota “LA”. Los Chilladores son de caja más pequeños que los charangos con cuerdas de metal, chillan más rasgado con plectro ya se usa la uña suena casi igual a la mandolina.
El charango es un instrumento delicado que acompaña al hombre interpretando variedad de tonadas como el Yaraví, Marinera, Pasacalles, Música Criolla etc. acompañado del violín, guitarra, acordeón como en los famosos carnavales sumando todo obtenemos dulzura en su melodía transformándolo en un instrumento muy versátil. Si Brasil tiene a su Cavaquinho nosotros tenemos el charango, Rusia con su Contrabajo Balalaica de la misma forma respondemos con el charango.

Es sinónimo de prestigio para dominarlo no existe escuela, método se aprende por persistencia con dolor en los dedos hasta que la música salga casi sin esfuerzo una tradición oral de padres a hijos a ello se le suma el talento propio, pero los maestros de este arte dicen que el secreto está en la afinación ajustar las clavijas hasta encontrar el sonido perfecto, se convierte en un complicado arte, sumergido con el sonido del viento, el murmullo de las cascadas, con la lluvia de los tejados. En los testimonios del maestro Alejandro Vivanco: “Los Morochucos afinaban sus cuerdas en la iglesia Santo Domingo, escuchando el repique de las campanas”.
Quizá lo más importante sea la forma de acurruque de cada músico, Ayacucho lo lleva cerca muy cerca al corazón para sentir su palpitar, Cuzco lo lleva a la altura del estómago de forma desafiante, valiente.
Sus principales centros de difusión en el Perú fue Ayacucho Cuzco, Arequipa y Puno cada uno con su estilo propio de sus más notables intérpretes, quienes aportan un granito de gratitud a la música andina:
Ayacucho: Escenario donde el charango se desarrolló ampliamente en los pueblos mestizos, se convirtió en el instrumento preferido del poblador:
Pausa : Néstor  Canales Romero es el más antiguo, Jaime Guardia  Segura optó estilo propio ayacuchano, formando gracias al entusiasmo de Jacinto Pérez entre otros el primer grupo musical que introducía el charango a sus filas la famosa “LIRA PAUSINA” en los años 1950, incentivando a que las agrupaciones del ayer y de hoy incorporen al charango.
Cora Cora: El estilo peculiar, difícil de ejecutar de   Roberto Tevés se patentizó como “LA NOTA ANDINA” en la Biblioteca Nacional, épocas inolvidables del dúo junto al maestro Jaime, noches de arte excepcional. Jesús Alvarado Gutiérrez experto en los carnavales en los meses de febrero, armaba la jarana ayacuchana.
Laramate: Oscar Garayar Tenorio, Tito Canales Jurado, junto al conjunto “Paucani” en las noches de veladas y jaranas inolvidables interpretaban las PUCHALAS LARAMATINAS hasta que el sol iluminara el famoso Calvario, las serenatas donde el gemido dulce de un charango al pie del balcón de una bella laramatina susurraban sus oídos en la penumbra noche, versos al viento en la ansiosa espera de una respuesta marcaban las costumbres de un pueblo vivo a través de la música.
Valores musicales actuales tenemos a Chamo Díaz quien se atreve a retar y pasar la línea de los géneros musicales insertando en el rock con su estilo propio ayacuchano.
Cuzco: El charango su mayor difusión fue por el sur: Julio Benavente “El Tipi”, creador de un nuevo estilo dulce quizá no con mucha técnica pero sencillo y dulce estremecedor para el oído más sensible y exigente.
Arequipa: quedan muy pocos tenemos al maestro Juan Muñoz “El Toro”, quien formo la agrupación más representativa “El Grupo Yanahuara” cuyo estilo hacían llorar hasta el mismísimo Misti, evocando su tristeza y lamento.
Puno: El altiplano siempre es diverso ese orgullo de su gente. El Charango alcanza una gran variedad de estilos destacando el cordillerano andino “Kajelo” infaltable en las Pandillas Puneñas. Erick Zubieta su máximo representante con sus tonadas más agudas “El Chillador” diferenciando de aquella guitarra con su voz diferente. El indio se sintió más a gusto acurrucando juntito a su cuerpo aquel charango fiel compañero de sus noches de tertulia.
                                                                                      


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