martes, 14 de agosto de 2018

21 camaretazos, albazos laramatinos





Por: Laramate Tradición

El albazo, quiere decir al alba, al amanecer. Su origen data en la alborada, música que se tocaba al amanecer en los días de fiestas religiosas y romerías interpretados por la banda de músicos del pueblo con diferentes ritmos caprichosos, festivos y alegres que invitan al baile.

Son casi las 5:00am en algunos casos hasta una hora antes en la tranquilidad, reposo, en  el silencio y el susurro del viento del mes de agosto, remeciendo tejados y calaminas se escucha 21 CAMARETAZOS seguidos uno tras otro, esta tradición viene de la época colonial en nuestro país, cuando 7 camaretazos lanzados daban aviso cuando arribaba un barco en el puerto del callao así mismo los 21 camaretazos que se disparan por fiestas patrias.

En Laramate también se da aquel sonido estruendoso, suspende el sueño más profundo que puede haber predominando la emoción, la ansiedad sería la señal para alistarse mientras se escucha melodías que se alejan y se acercan recorriendo las calles estrechas, puerta por puerta se abren y se unen las familias formando las rondas cada vez más numerosas en el recorrido, serpenteando cual cauce de los ríos al son de los carnavales, bailando, cantando.



El pueblo espera el amanecer con alegría con el sonido de bombos y tarolas mientras se van completando los camaretazos.

¡¡ Quien duerme con tremendo sonido!!
 .
¡Albazo canto alegre, saludo al amanecer!!

Al rayar el alba ingresan por las avenidas principales dirigiéndose a la plaza de armas. Esta festividad increíblemente marca la identidad de un pueblo pujante, su tono contagiante llama la tensión de grandes y chicos, a varones y mujeres lugareñas y visitantes quienes se encandilan por la euforia laramatina, quienes le dan la bienvenida.

Agosto mes de albazos iniciamos un 5 de agosto en honor a “Salvador del Mundo”, para luego seguir el 14  en honor a la “Virgen de la Asunción” y el 19 de agosto en honor a la” Virgen del Rosario “ cerrando el mes cada fecha tiene sus propios mayordomos conformados por un grupo de personas, alguna promoción, familias, clubs deportivos etc. quienes toman la responsabilidad de cada fecha, organizándose de la mejor manera para ofrecer al pueblo esta gran alegría. Se suman conjuntos musicales laramatinos e invitados especiales para alternarse junto a la banda de músicos.




“El albazo no es albazo si no se reparte, el “QUEMADITO”, bebida caliente elaborada a base de frutas, hierbas medicinales, canela y aguardiente   que se ofrece en grandes teteras al público sediento, antídoto para los tímidos y callados que se unen en la brevedad posible confundiéndose en la inmensa ronda que se desplaza al compás y en eso se escucha. 
¡¡ ESA  BANDA!!!, quizá para no perderse ninguna pieza musical, debe continuar el baile con un repertorio muy variado, entre huaynos, marineras, guarachas, cumbias, carnavales. NADIE SE QUEDA SIN BAILAR.

 ¡Es la hora de bailar, hasta que el sol se asome por el calvario!, las casacas se van dejando de tanto ejercicio y el quemadito hace efecto en los más débiles y novatos pero la diversión se prolonga, son las Fiestas Patronales de Laramate.

El retorno a la tierra permite que el corazón rebosante de emoción se convierta en suficiente razón para decir la frase típica: “HASTA LAS ÚLTIMAS CONSECUENCIAS”, el reencuentro con la familia, amigos de infancia, incrementa las horas que van pasando y el cuerpo no se cansa, seguimos en la Plaza de Armas, es como si nunca se terminaría.




En un breve descanso inicia El Huanqueo por damas expertas en la materia, para dejar el sello de los ancestros,  al son de una triste melodía de un par de Cornetas Laramatinas desgarrando el alma, evocando tiempos de las Lomas en el mes de marzo, Las Herranzas y las grandes tarde taurinas. Llegando casi el medio día, el mayordomo invita a pasar a  la casa del pueblo y se desplazan bailando por las calles hasta el local comunal donde se degustará la rica patasca o mondongo laramatino, el asado de res entre otros platos para todos, teniendo como fondo musical un vals que en algunas parejas le nace la iniciativa y  se apoderan de la pista de baile demostrando su destreza  frente a las miradas de asombro de las generaciones de hoy.
Así son los albazos en el mes de agosto con un amanecer diferente, cordial ante los visitantes de cada año, testigos de la algarabía laramatina, sigue dejando recuerdos hasta la actualidad y la expectativa crece cada año.


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