Por: Laramate Tradición
El
albazo, quiere decir al alba, al amanecer. Su origen data en la alborada,
música que se tocaba al amanecer en los días de fiestas religiosas y romerías
interpretados por la banda de músicos del pueblo con diferentes ritmos caprichosos,
festivos y alegres que invitan al baile.
Son casi
las 5:00am en algunos casos hasta una hora antes en la tranquilidad, reposo, en el silencio y el susurro del viento del mes de agosto, remeciendo tejados y
calaminas se escucha 21 CAMARETAZOS seguidos uno tras otro, esta tradición
viene de la época colonial en nuestro país, cuando 7 camaretazos lanzados daban aviso cuando arribaba un barco en el puerto del callao así mismo los
21 camaretazos que se disparan por fiestas patrias.
En
Laramate también se da aquel sonido estruendoso, suspende el sueño más profundo
que puede haber predominando la emoción, la ansiedad sería la señal para alistarse
mientras se escucha melodías que se alejan y se acercan recorriendo las calles
estrechas, puerta por puerta se abren y se unen las familias formando las
rondas cada vez más numerosas en el recorrido, serpenteando cual cauce de los ríos
al son de los carnavales, bailando, cantando.
El pueblo espera el amanecer con alegría
con el sonido de bombos y tarolas mientras se van completando los camaretazos.
¡¡ Quien
duerme con tremendo sonido!!
.
¡Albazo
canto alegre, saludo al amanecer!!
Al rayar
el alba ingresan por las avenidas principales dirigiéndose a la plaza de armas.
Esta festividad increíblemente marca la identidad de un pueblo pujante, su tono
contagiante llama la tensión de grandes y chicos, a varones y mujeres lugareñas
y visitantes quienes se encandilan por la euforia laramatina, quienes le dan la
bienvenida.
Agosto
mes de albazos iniciamos un 5 de agosto en honor a “Salvador del Mundo”, para
luego seguir el 14 en honor a la “Virgen
de la Asunción” y el 19 de agosto en honor a la” Virgen del Rosario “ cerrando
el mes cada fecha tiene sus propios mayordomos conformados por un grupo de
personas, alguna promoción, familias, clubs deportivos etc. quienes toman la
responsabilidad de cada fecha, organizándose de la mejor manera para ofrecer al
pueblo esta gran alegría. Se suman conjuntos musicales laramatinos e invitados
especiales para alternarse junto a la banda de músicos.
“El albazo no es albazo si no se reparte, el “QUEMADITO”, bebida caliente elaborada a base de frutas, hierbas medicinales, canela y aguardiente
que se ofrece en grandes teteras al público
sediento, antídoto para los tímidos y callados que se unen en la brevedad
posible confundiéndose en la inmensa ronda que se desplaza al compás y en eso
se escucha.
¡¡ ESA BANDA!!!, quizá
para no perderse ninguna pieza musical, debe continuar el baile con un
repertorio muy variado, entre huaynos, marineras, guarachas, cumbias, carnavales.
NADIE SE QUEDA SIN BAILAR.
¡Es la
hora de bailar, hasta que el sol se asome por el calvario!, las casacas se
van dejando de tanto ejercicio y el quemadito hace efecto en los más débiles y
novatos pero la diversión se prolonga, son las Fiestas Patronales de Laramate.
El
retorno a la tierra permite que el corazón rebosante de emoción se convierta en
suficiente razón para decir la frase típica: “HASTA LAS ÚLTIMAS CONSECUENCIAS”, el reencuentro con la familia, amigos
de infancia, incrementa las horas que van pasando y el cuerpo no se cansa,
seguimos en la Plaza de Armas, es como si nunca se terminaría.
En un
breve descanso inicia El Huanqueo por damas expertas en la materia, para dejar el sello de los ancestros, al son de una triste melodía de un par de Cornetas Laramatinas desgarrando el alma, evocando
tiempos de las Lomas en el mes de marzo, Las Herranzas y las grandes tarde
taurinas. Llegando casi el medio día,
el mayordomo invita a pasar a la casa del pueblo y se desplazan bailando por
las calles hasta el local comunal donde se degustará la rica patasca o mondongo
laramatino, el asado de res entre otros platos para todos, teniendo como fondo
musical un vals que en algunas parejas le nace la iniciativa y se apoderan de la pista de baile demostrando
su destreza frente a las miradas de
asombro de las generaciones de hoy.
Así son
los albazos en el mes de agosto con un amanecer diferente, cordial ante los
visitantes de cada año, testigos de la algarabía laramatina, sigue dejando
recuerdos hasta la actualidad y la expectativa crece cada año.
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