Según la Ley N° 30691, el 16 de
noviembre del 2017 ha sido declarado el día oficial para celebrar la danza
indígena .
El Congreso de la
República, con una votación unánime de 85 votos a favor, ha
declarado oficialmente el día 16 de noviembre de cada año como el “Día
Nacional de la Danza de las Tijeras”, según la ley n°30691 publicada
este martes.
"El
Ministerio de Cultura , a través de la Dirección de Patrimonio
Inmaterial y según sus competencias, brindará el asesoramiento adecuado a
las comunidades de portadores para la elaboración de un plan de salvaguarda y
conservación de la danza indígena.", señala el dictamen.
Historia:
“La Danza
de las Tijeras” es originaria de la región de
Ayacucho en el Perú, cuyo marco musical es provisto por violín y arpa. Se
atribuye a José María Arguedas la denominación 'danzante de tijera', por este
objeto que los danzantes llevan en la mano derecha y que las entrechocan
mientras bailan.
Estos danzantes eran sacerdotes,
adivinos, brujos y curanderos prehispánicos, quienes durante la época de la
colonia fueron perseguidos y conocidos como "supaypa wawan' (hijo del diablo
en quechua).
Con el paso del tiempo, los
colonizadores aceptaron su regreso pero condicionándolos a danzar a los santos y al Dios católico,
iniciando esta tradición en fiestas patronales.
Desde
los ochenta
Aunque
sea un baile y ritual mágico-religioso relacionado con la revolución silente
del Taki Oncoy, del siglo XVI, la danza de las tijeras empezó a popularizarse
en Lima en los ochenta, producto de las olas migratorias del campo a la ciudad.
El
maestro Rómulo Huamaní, quien suma 45 años como el afamado danzante ‘Qori
Sisicha’, cuenta que en Ayacucho las mujeres se limitaban al papel de
‘guiadoras’ en la danza de las huaylías, tradicional en las fiestas dedicadas
al Niño Dios. Luego aprendieron, en pueblos y comunidades, los pasos de los danzantes.
Prepararse
para ser dansaq toma varios meses, entre memorizar los pasos, conocer las
secuencias musicales y la forma de cómo tocar la danza de las tijeras, entre
otros detalles imprescindibles.
Las warmi dansaqs
Se hacen llamar Warmi Dansaqs oWarmi Gala. La presencia de las mujeres en la tradicional danza de las tijeras avanza de a pocos.Ellas participan en las fiestas de los pueblos y en actividades en Lima y aseguran que pueden hacer las mismas proezas que sus colegas varones.
Elástica
como una goma de mascar, “Palomita” dobla su cuerpo mientras lleva la melodía,
acompasadamente, con las tijeras. El
punto más elevado de su presentación es cuando muerde la punta de sus
zapatillas,mientras hacen el contrapunteo el arpa de “Leoncha de Chuiuire” y el
violín de “Qorí Sucre”.
Un vivo ejemplo tenemos a Elizabeth
López Ysase es el alter ego de la “Palomita de San Antonio de Puquio”. Tiene 37
años de edad y es una de las pioneras de la warmi dansaq, como las llaman en
Ayacucho. O warmi gala, como se les dice en Huancavelica. En los últimos trece
años ha danzado con tijeras.
Aunque
limeña, la danza de las tijeras despertó en Elizabeth de manera natural: la
“heredó” de sus abuelos, que eran dansaqs ayacuchanos; y de sus tíos, que son
músicos de estas lides. Tiene el respaldo de sus padres. Sus hermanos respetan,
mirando de lejos, el arte de la única dansaq de la familia.
Ganarse
el respeto
¿Es
difícil querer hacerse un sitio en una danza tan relacionada históricamente con
los hombres? “Al comienzo fue un poco difícil porque hay cierto machismo, pero
cada warmi gala se va ganando un respeto, una talla. Creo que depende de cómo
el artista sepa llevar [su carrera]”.
Hoy,
tanto sus compañeros del arte como el público en general reconocen el trabajo
de ‘Palomita’, que es invitada a las actividades de los maestros de este oficio
de las tijeras. Y fue parte del documental Sigo siendo (2013), del cineasta
Javier Corcuera.
Las
mismas proezas
No hay
diferencias entre la danza de tijeras masculina y la femenina, salvo que las
segundas llevan sombreros.
“Hacemos
las mismas proezas que los hombres; las mismas secuencias desde el inicio hasta
el final. Igual que ellos, nosotras nos tiramos al piso, nos pasamos cuchillos,
hacemos todas las secuencias, faquirismo. No hay diferencia con un varón”,
explica ‘Palomita’, que ahora alista a una niña que quiere seguir sus
pasos.
Tal vez
el próximo año suba con ella al “ensayo ceremonial”, que se da durante la
Semana Santa, cuando los danzantes se presentan junto a sus discípulos.
A
partir de mayo, las warmi dansaqs son contratadas para las fiestas de las
cruces que se reproducen en los pueblos andinos.
Las
galas de Ayacucho y Huancavelica tienen estilos distintos. Por ejemplo, en “la
tierra del mercurio” la costumbre es verlas competir en las fiestas de Navidad,
Año Nuevo y la Bajada de Reyes.
¿Aceptación
total?
La
presencia actual de las warmi dansaqs en los pueblos es mayor: son más
frecuentes en los eventos de asociaciones culturales y de residentes
provincianos en la capital.
En las
fiestas pueblerinas, ellas deben soportar la misma rutina que los hombres: bailar
día y noche, descansar tres horas, volver a la rutina durante una semana, que
es el promedio de las festividades patronales.
Mario Huamaní,
‘Qoronta’, dansaq con 38 años de vida artística, dice que aún en algunos
pueblos de Ayacucho dudan de las warmi dansaqs porque las ven frágiles y
piensan que no durarán los siete días de actividades.
“Hoy en
día las mujeres pueden hacer lo que hacen los varones”, dice ‘Yawar Nina’,
estirando las piernas con la flexibilidad de Jean Claude Van Damme. Ella se preparó
durante año y medio antes de lanzarse a los escenarios de pueblos, comunidades
y de Lima.
Luzmila
Soto Canchero tiene 20 años, y casi tres años como warmi gala. Es de
Castrovirreyna, Huancavelica. Y en carne propia sabe que el camino de las
mujeres danzantes no ha sido de rosas.
Con año
y medio en escena, Maribel Roxana Quillas es la warmi dansaq más joven y la
única del distrito de Carmen Salcedo-Andamarca (Lucanas, Ayacucho), tierra de
maestros danzantes de tijeras.
El
nombre de “Maligna de Andamarca” se lo dio su maestro, porque vio que al danzar
era muy agresiva. “Yo hacía lo imposible para que no me ganen. Por eso me
pusieron ese sobrenombre”, cuenta.
Maribel
lleva año y medio danzando y solo conoce a un puñado de warmi dansaqs. Y una
sobrina que quiere seguir sus pasos. Tuvo dos maestros, y mayormente ensaya
sola, viendo videos, escuchando las melodías de la danza que la apasiona.
Desde
niña, su papá quiso que sea una dansaq. “Me faltan muchos años para salir
adelante y hay que enseñar a los menores para que sigan”.
El 25 agosto en Andamarca,
durante el Hatun Yaku Raymi, y hará el pagapu, la ceremonia de iniciación de
los dansaqs, para que el apu wamani le dé fortaleza en su camino del danzar.
Actualmente, es una danza ritual
y mágico - religiosa que representa, a través de sus coreografías, a los
espíritus de la Pachamama, Yacumama, Hanaccpacha, Ucupacha y otros Wamanis.
Reconocimientos
En el año 1995, el Instituto Nacional
de Cultura del Perú la reconoció como “Patrimonio
Cultural de la Nación”
Asimismo, por su antigüedad y valor
simbólico, fue reconocida por la Unesco como “Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad” el 16 de noviembre
de 2010, siendo este mismo día el que ahora se celebrará anualmente esta danza
de gala.
Así mismo los Danzantes de Tijeras retan a las danzas modernas en un gran espectáculo donde vayan.
Danzantes de tijeras vs break dance
Fuente:Andina
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